Día sano. Con mi señor padre en la mañana jugando con maderos (la reconstrucción de la casa sigue en pie) y en la tarde salir con Basilio que estaba aburridísimo con su modem adsl a medio morir saltando.

«Hola, estoy abajo de tu departamento», «ya pos, sube», «no!, vamos a dar un par de vueltas!». Y así lo hicimos, enfilamos a Lenga con cara de hambre y sed de playa. Nos pusimos al día (que vaya si hacía tiempo no nos veíamos), empresas que cierran, otras que abren, tanto que nos dieron ganas de abrir una y ser de los que abren y no cierran más; o de los que abren, la venden y se las tiran un buen rato antes de iterar.

Nos sentamos largo rato en la arena, escondidos tras una duna del viento que azotaba sin piedad mis chascas ya demasiado largas. Dia por medio me prometo podármelas, pero dia por medio tambien decido dejar mis greñas tranquilas. Conversaciones de nogocios van y vienen. Fue de esas en donde arreglamos el mundo. Bueno, nuestro mundo al menos, porque no había tanto tiempo para arreglarle la vida al resto. Por algo hay que partir, no?.

Y de pronto «Vamos al cine?». Al Plaza del Trébol a ver que había en cartelera y de pasadita, una Rich si el tiempo alcanza. Meet the Fockers en cartelera y en hora y media más, alcanza para una Rich. Pero no todo iba a ser tan perfecto: cola kilométrica y se cortó la electricidad. Vamos al Rich del centro entonces. NO! Cerrado!. Entonces donde uno puede comer una miserable fast-food en el centro: Mamut y sus ensaladas me tentaron. Allá fuimos y seguimos arreglándonos el planeta.

También de que fui de los giles que adivinaron lo que iba a pasar con Entel la semana recién pasada y aun así no puso los huevos en el canasto que correspondía. O mas bién, que no puso niun huevo por no tener los huevos (si, la plata y de los otros también).

Y Meet the Fockers, entretenida, lo que se espera de Ben Stiller, el rey de la comedia de verguenza ajena. Paré de contar las veces que me tapé la cara de pena por las cosas que le pasan al pobre. Nada complejo, tan solo una comedia ligera, sin pretenciones.