Un año más ya paso. Y como siempre dan ganas de hacer balance el 31 (la veta comercial siempre aflorando).

¿Con qué me quedo?.

Amigos incondicionales, que estuvieron alli cada minuto. Una familia que a pesar de que los polluelos dejan el nido, está más unida que nunca. Volví a los estudios después de bastante tiempo. Y conocí a una mujer maravillosa.

A veces se le olvida a la gente que está acá para ser feliz. El éxito debiese medirse por que tan feliz eres y no por qué tan lejos llegaste. Eso no es nada más que un complejo evolucionado del «yo la tengo más grande».

Para los con alma anal y creen que hablo de mediocridad, mejor acompañenme con el Terrunyo Carmènére que está esperando en algunos minutos más y sáquense la estaca del trasero. Si llegar lejos es lo que los llena, entonces es lo que se debiese seguir, pero usar esa vara para medir …. mmm malo malo. Para quienes gustan caricaturas, la vida del tonto feliz del pueblo es mejor que la del exitoso estresado y amargado que no tiene tiempo ni para su familia.

Frases de galleta china para un fin de año bien cebollero y farandulero de su opinólogo de siempre. Y hablando de aquello, sí, también opino que la Quenita es una hueona maraca.

Que pasen un buen 2005.