Regresé de mi vida santiaguina con Andrea, hermana y amigos a mi otro hogar en Concepción. Bastantes ganas tenía de continuar con mi estadía justo ahora que Andrea terminó las clases, pero un compromiso anterior me obligó a volver (Claudio, te odio).


Desde el ascensor del Santa Lucía

Aprovechamos de pasar por algunos lugares que habían quedado pendientes en el viaje anterior, muy de turista gringo/nipón paseando por Santiago con cara de «foto, chinito quele foto».


En el Cajon del Maipo.

Y el fin de semana, un viaje con mis suegros al Cajón del Maipo a respirar aire puro por algunas horas (y recagarse de frio un rato), rodeado de montañas que me hacían recordar al «Señor de los Anillos», a Frodo y Sam caminando con sus descalzos y peludos pies por las cimas y Sam diciendo «Soy su Sam, amo Frodo!».

Con mi novia todo-terreno no pude seguir subiendo los cerros, ya que el día anterior en el Santa Lucía me habia lesionado la pierna izquierda (tanto así, que no pude bajar y tuve que usar el ascensor «para discapacitados», que broma aparte, tiene alrededor de 15 largos peldaños de piedra), por lo que aun andaba a saltos cuidando de no apoyarla.


Mi novia es todo-terreno.

Algunas otras fotografías de los Amigos Tecnólogos (que si salieron movidas, es porque el «anti-histamínico» estaba muy fuertón), del Cerro Santa Lucía y del Cajón del Maipo.

Y mañana, dictaré una charla sobre Linux y Software Libre en el C.E.A.T., en San Pedro de la Paz de madrugada, como te odio Claudio ;).